6.18.2014

Ojo por Ojo

¿Qué papel juega la rivalidad en la diferenciación de nuestros roles? Ojo por ojo responde a esta pregunta mediante una serie de venganzas configuradas a partir del dibujo. Esto con la intención de representar el rol de victimario ejerciendo la hostilidad bajo una lógica guerrera que rechaza cualquier tipo de oposición y diferencia: el que no está conmigo está contra mí, y el que no está completamente conmigo, no está conmigo. De esta postura se desprende un objetivo fundamental. Se trata de la “voz disidente”, es decir, el que se propone reconstruir con el dibujo el sentimiento que acompaña la aventura imaginada del sometimiento, dejando renovada constancia tanto del pensamiento crítico como de la libre expresión.

En este sentido propongo ir más allá de la evocación formal que identifica la realidad con el relato; propongo ir hacia los códigos informales y subjetivos del dibujo, haciendo significar las venganzas por vía del extrañamiento y la ironía. Esto con el fin de convertir lo trágico en humor para redoblar así la tensión imaginativa, volviéndola crítica y bastión de cuestionamiento.

Ojo por ojo se concibe de este modo como un esfuerzo de conciencia que busca catalogar y grabar la experiencia del odio, teniendo en cuenta los escenarios, los objetos, los personajes y las motivaciones personales que se articulan en cada una de las venganzas. Así, lejos de conducirnos simplemente hacia una reflexión nostálgica sobre la intolerancia, los dibujos están llamados a cumplir la importante tarea de mantener una memoria en estado viviente con el fin de aceptar la diversidad y reconocer las huellas que permanecen en la conciencia del victimario.

Iván Navarro 2013


Amuletos para combatir el mal de ojo # 74. Collage. Lápiz sobre papel. 50 X 34 cm


Anotaciones para el proyecto "ojo por ojo". Insultos. Lápiz sobre papel


Taller de psicopata. 79 dibujos. Lápiz sobre papel. Dimensiones variables


Urna Funeraria. Balso, plástico y lápices de colores sobre papel. 120 X 65 X 80 cm


Herramientas de tortura. Lápices de colores sobre papel. Dimensiones variables


Venganzas. Lápices de colores sobre papel. Dimensiones variables


Colección de cabezas empaladas. Lápices de colores sobre papel, balso y plastico. 2 mt X 1 mt X 45 cm 


Objetos robados. Madera, lápices de colores sobre papel. 25 X 50 X 50 cm


Vista general de la instalación


Fotos: Juan Camilo Rodríguez, Tangrama y banco de archivos digitales, departamento de arte, Universidad de los Andes. 

6.17.2014

Lluvia de Polen

La ciudad es una totalidad pero cada uno de los barrios que la conforman es singular, la  historia que los formó y las clases sociales que los habitan les dan características propias y particulares. Sin embargo hay un distanciamiento entre el barrio y su comunidad agravado por la falta de compromiso con este, que permite en muchos casos agredirlo. Contrarrestar este desapego, recuperar su paisaje y sobre todo su sentido de lugar, es también recuperar hábitos no del todo perdidos. En este contexto Lluvia de Polen busca reconstruir a partir del dibujo los ante jardines deteriorados por el abandono para reconciliarnos con dos de sus aspectos más importantes; su capacidad de errancia y contemplación.

Iván Navarro 2012


Grafito y lápices de colores sobre papel. 30 X 21 cm

 

Fotos: Iván Navarro

6.16.2014

Culebrones

Los problemas no faltan. El diente se cae, no alcanza la plata, llueve todo el tiempo, toca hacer esto, queda muy lejos, hay pico y placa, el niño está enfermo, el trancón más horrible, se atrasó el vuelo, ya no alcanzamos, falta inspiración, no llegó la obra, mucha bulla, dolor de cabeza, se cayó el muro, se inundó la calle, el perro se orina, se come la caca, se murió la abuela, los pillaron juntos, se está en el lugar equivocado, el alzheimer rampante, no leyó bien, se armó la gorda, los vecinos no colaboran, la peinilla no pasa, el colon se irrita, se quedan las gafas,  nunca hay sencillo, hay que acabar el texto, no hay tiempo para hacer las cosas como uno quiere. Hay problemas domésticos, sicológicos, filosóficos, fisiológicos, económicos, amorosos, sociales y de orden público. Todo el mundo tiene problemas. Hasta las ostras, que no se meten con nadie, tienen el problema de que se aburren, y de que se las comen. Algunos tienen solución, otros no. “Si tu mal tiene remedio, por qué te afliges? Y, si tu mal no tiene remedio, ¿por qué te afliges?” reza el adagio popular. Una perla literaria de la superación personal, para seguir con la metáfora del ostracismo. (Las perlas, incidentalmente, son granos de arena que se meten dentro de la concha de las ostras. Un problema pequeño pero muy irritante, se imagina uno, que la ociosa y coqueta ostra convierte en joya a punta de cubrirlo lentamente con capas y capas de nácar.)

Claro, las cosas siempre podrían estar peor, y los problemas hay que verlos como grandes oportunidades para el cambio, y la felicidad no es la ausencia de problemas, sino la posibilidad de salir adelante con ellos. Pero no hay peor instrucción en momentos de crisis, que la de que no hay que lamentarse, sino calmarse. No se aflige uno intencionalmente, como para que encima le digan que eso no conduce a nada.

¿Qué queremos? Queremos más tiempo, más espacio, más libertad, más viajes, más fidelidad, más amor, más placer, más alucinación, más salud, más paisaje, más piscina, más reconocimiento, más ideas, más dibujos. Queremos rock. Y más sexo. 

Los problemas son como piedras, los deseos son como humo (o, bueno, como pececitos en un acuario). Es decir, aunque podría uno aprender a caminar sobre ellos, los primeros constituyen una realidad que puede ser pesada, lacerante, aplastante y permanente, mientras que los deseos tienen la intangible ilusión y la belleza de un soplo. Ahora bien, así como un problema puede convertirse, a fuerza de no tenérsele solución al alcance, en el intenso deseo de que se resuelva por sí solo, así mismo un deseo muy grande e irrealizable, como una traga maluca no correspondida, puede convertirse con el tiempo en un problema grave. Y como es bien sabido, un problema trae otros problemas. Pero eso es harina de otro costal. Mientras se solucionan los unos o se cumplen los otros, por lo menos se les dibujan. Todo un gesto de amor.

Juan Mejía 2011


Culebrones. Pag 34. Impresión digital. 17 X 12 cm. 67 Ejemplares.


Amuletos. Lápices de colores sobre papel. 30 X 21 cm c/u


Sintomas. Lápices de colores sobre pared. 140 x 90 cm


Fotos: Oscar Monsalve